jueves, 22 de mayo de 2014

Los políticos, nuestros “super-mega-guays amigos”

No dejes de leer este post porque no te guste el título, porfa, please, sigue leyendo. Este domingo tenemos elecciones, y hace ya tiempo que venimos soportando la campaña electoral, la oficial “solo” 15 días, y la extraoficial, ehhh… siempre, y puesto que el sábado es jornada de reflexión y quería escribir sobre los políticos (¿debería darme yuyu escribir esta palabra? ¿será gafe?, bueno yo con un par de… que no, que soy mujer, justo una de esas que somos inferiores a los hombres), bueno, lo que iba diciendo, que como el sábado es jornada de reflexión no quería publicar esto el fin de semana, no vaya a ser que me metan en la cárcel por ello, tal cual están ahora las cosas por este mundo de Internet y en este país, miedo me da, como dice una amiga mía. Miedo me da.
A lo que iba desde el principio, los políticos, esos hombres y mujeres que deberían defender nuestros intereses, ayudarnos y hacernos mas fácil y mejor la vida, aunque en nuestro país, en España, porque yo me niego a irme y sigo viviendo en España, se empeñen en ser corruptos, en malversar, “coger” de los fondos públicos, favorecer a los amigos, familiares,… y no dimitir bajo ninguna circunstancia (supuestamente). No digo que no haya políticos honrados y que para ellos la política de verdad sea su pasión y no el modo de enriquecerse, pero a simple vista deben ser tan pocos, que cuesta mucho verlos e identificarlos.
Una de las cosas que peor llevo es que dicen lo que queremos oír, pero luego hacen lo que les da la gana cuando llegan al poder y nos tratan como si fuésemos tontos. En estas elecciones, algunos partidos, y los políticos que los forman, son los de siempre, los que conocemos de toda la vida democrática, otros, son los que han ido saliendo, bien porque estaban escondidos y ahora dicen abiertamente lo que piensan o simplemente nos dicen que ya no hay ni derechas ni izquierdas, que eso era antes, me explica un responsable de ese “otro” partido, y lo entiendo, ¡cómo no lo voy a entender! Si su líder fue de un partido de izquierdas y ahora vota con el partido de derechas. Lo entiendo, no hay ni derechas ni izquierdas, ahora son de los dos, según les ofrezcan mas unos u otros. Y luego hay muchos partidos mas, de los que se habla poco o mucho, según se muevan por las redes sociales, porque las teles poca cobertura les dan.
No me gusta la política ni los políticos en la actualidad, lamentablemente no tienen mi confianza, y creo que no están interesados en recuperarla, visto cómo se comportan y lo que hacen, pero si algo tengo claro es que voy a ir a votar el domingo, porque creo que es necesario y casi una obligación. Además podemos hablar con nuestro voto, será de las pocas formas, o la única, con la que nos escuchen. Nos vemos el domingo en las urnas.


Por cierto, Sonríe, que sonreír es sano y gratuito.  

sábado, 3 de mayo de 2014

El día de la madre

          Ha llegado el día de la madre (bueno, sí, mañana). De pequeña, cuando iba al cole llegaba a casa y le daba a mi madre el regalo que había hecho para ella. Yo no entendía muy bien cómo iba aquello, pero yo estaba toda feliz dándoselo y no esperaba al domingo, justo al verla, se lo daba. Un poco más mayor, me esforzaba por comprarle algo, bonito, útil, que le gustase y relativamente económico. Daba mil vueltas, y me volvía loca. Ahora, aunque siempre le compro algo, ya no le doy tanta importancia. Pero comer con ella, verla, darle un besazo, y superabrazo, a eso sí. Y ¡qué narices! ¡Si eso lo hago siempre!
       Cada vez estoy más de acuerdo con que vivimos en una sociedad tan consumista que nos inventamos días especiales para todo, por el simple hecho de comprar algo de manera puntual. ¿No es mucho más bonito que cuando veamos alguna cosa que sabemos que va a encantar a nuestra madre, padre, hermanos, novios, (bueno, novio en singular, no vaya ser que la liemos), la compremos entonces. Lo vimos y nos acordamos de esa persona importante.
Estos días, no, estas últimas semanas, nos comían los carteles del Día de la Madre, que si un viaje, un spa, un fin de semana en una casa rural, un collar, un pañuelo, un perfume, o una colonia si vas mas pillado, un bolso, unos zapatos,… uff. No me entendáis mal, a mí me encanta hacer regalos, pero porque sí. Y seamos realistas, el día de la madre y del padre son todos los días del año. Esa llamada de teléfono para ver como estás, cómo te va. Ese abrazo, esa sonrisa, esa mirada de cariño, ¡te entienden! Están siempre ahí.
Feliz día de la madre. Yo que tengo la suerte de tener la mejor mamá del mundo y la más guapa (y el papá también), disfrutemos de ellos.

Sonríe, que sonreír es sano y gratuito y ser felices. (Por cierto si nosotros somos felices, ellos lo serán también).