viernes, 20 de marzo de 2015

Nada pendiente

Retrasar lo inevitable es algo humano para muchas personas, en mi caso, un error. Yo prefiero cortar por lo sano, se trate del tema que se trate, no digo que sea desagradable ni brusca, solo que si hay algo pendiente de hacer o de decir, mejor se hace o se dice lo antes posible. Respeto a los que se toman con calma el hacer algo que es inevitable, o decir algo que es necesario hacer saber. Sin embargo lo que no apruebo es la callada por respuesta, eso se llama cobardía. Y la detesto.

Opto por enfrentarme a las situaciones porque opino que cuanto antes las enfrentes, antes se solucionan, pasan o al menos ya no están pendientes. Y mejor de frente, que de forma lateral, te ahorras rodeos. No digo que no se use el tacto, o que te tomes un tiempo mínimo para pensar, reflexionar, ver cómo hacerlo, buscar la mejor forma posible… pero lo que tengas que hacer, hazlo. 

miércoles, 18 de marzo de 2015

Paseos en bici

Te vi pasear en bici por el camino que lleva al puerto. A mi memoria vinieron aquellos tiempos en los que te enseñaba a montar en bicicleta. Teníamos apenas ocho años y tú no sabías, ni siquiera tenías una, yo cogía la de mi hermana, prestada, te decía para que la utilizaras tranquila, en realidad, era sin permiso, pero me daba igual, porque era para dejártela a ti. Eras un poco torpe, apenas lograbas mantener el equilibrio, y yo por mucho que me hacía el fuerte, me costaba una barbaridad sujetarte sobre la bici para que tú lograses dar apenas media pedalada. Es verdad que intentabas seguir mis instrucciones pero hacer que aprendieses me parecía casi imposible.
Al principio, iba corriendo a tu vera, sujetándote para que no te fueses al suelo, luego solo corriendo a tu lado porque así te sentías mas segura. Mas de una vez nos caímos porque no acertabas a frenar y yo en el intento de pararte, tropezaba y acabábamos en la hierba.
Al final lo conseguiste, lo conseguimos, lograste andar en bici, y pasamos aquel verano juntos. Qué momentos, algunos de los mejores que recuerdo.
Voy a por mi bici, y te alcanzo.

Soñemos

lunes, 16 de marzo de 2015

No venías

Mirar por la ventana y no verte, bajar al portal y no encontrarte, salir a la calle y buscarte desesperada por cada lateral, por cada rincón, por si no encontrabas mi casa. Desesperada por verte venir, desesperada por no verte, por no querer ver que no ibas a llegar. Levantar la vista al cielo y encontrarme con que ni la Luna me acompañaba. Sí lo hizo esa lluvia fría que entró en mis huesos y se clavó durante días en ellos, en mi piel, en mis poros. Ese frío que se agarró a mí como no lo has hecho tú.

Me acurruqué en la acera dejando que la lluvia me golpease no sé si como castigo por no saber tenerte o porque me daba igual el lugar para llorar. Llorar en soledad sin ganas de volver a casa porque en casa no estabas.

sábado, 14 de marzo de 2015

Promesas

Vivimos en un mundo de promesas incumplidas, de palabras vacías, de letras escritas con tinta visible solo de forma temporal. A todos nos resulta muy facil hablar, escribir y prometer, pero cumplirlo luego ya es otra cosa. No todo el mundo entra en el mismo saco, ni digo que se incumplan porque que se quiera, pero se incumplen.
Luego también están las promesas que se hacen realidad, aunque no se esperase que fuera a ser así. Porque ese es otro tema, en parte, las promesas cumplidas o no, ya no dependen tanto de quien las hace sino de quien espera para recibirlas. Sino hay esperanza, el incumplimiento pasa desapercibido del todo o casi. Como siempre, todo depende. Depende de la promesa, de la persona que la hace, de lo que significa, del grado de compromiso, de la importancia que se le de,…

Prometer es un verbo sencillo de conjugar, tal vez demasiado y por eso lo usamos sin mucho conocimiento. La afirmación, en muchos casos es un lastre que utilizamos con facilidad. Un tal vez, un quizás, son muy prácticos y ahorran daños. Tal vez, quizás, deberíamos usarlos un poco más.
 

miércoles, 11 de marzo de 2015

Si no existes...

Cómo se puede echar de menos a alguien a quien no has tenido. Echar de menos su sonrisa, sus bromas, sus cuidados, sus atenciones, sus detalles, esos que son solo míos y suyos. Su voz, su mirada, sus manos abrazándome, cuando nunca antes me han abrazado a pesar de que yo las sentí haciéndolo.
Cómo. No lo sé. No sé cómo es posible, aun peor, sé que es real. Sé cómo duele este vacío que existe en mi interior, y que no se va, se ha agarrado fuerte a mí, ese vacío que ni siquiera lo ha dejado al pasar porque ni siquiera ha venido a mí, pero está en mí, el vacío y tú.

Sé que es real. Lo sé.

lunes, 9 de marzo de 2015

Llegué pronto, tú no llegaste

Llegué pronto, ilusionada y sonriente. Hacia calor y un día inmejorable para hacer el sendero hacia la cabaña en la montaña que habíamos alquilado para ese fin de semana. Había que subir andando un par de kilómetros porque no llegaba el coche. El lugar era precioso, mágico diría, el día primaveral, la buena temperatura también ayudaban a que todo fuese perfecto. Habíamos quedado en vernos allí, y mientras te esperaba disfruté del paisaje, exploré un poquito la zona y caminé por los alrededores. Seguro que encontró tráfico pensé cuando el retraso superaba la media hora, y me senté junto al manantial que había a tan solo unos metros del aparcamiento, los minutos seguían contando y el reloj no se paraba. El tiempo avanzaba y pronto era una hora, comencé a preocuparme y te llamé. Apagado o fuera de cobertura decía tu móvil. Seguro que está llegando y no tiene señal, pensé y seguí esperando. Las horas pasaban y tú no llegabas. Consideré el ir a buscarte, pero no sabía donde buscar. Me negaba a pensar que simplemente no vendrías, en mi cabeza buscaba miles de excusas, todas posibles ninguna probable. Volví a marcar el número, mi mano temblaba al hacerlo porque temía averiguar lo que me negaba a saber y entonces, la voz fría y distante de la compañía de teléfonos dijo que, no había ningún usuario registrado con ese número.
Lo que tú no te habías atrevido a decirme, lo había hecho una voz en off mientras se ponía el sol. Entonces no disfruté de la puesta de sol, no pude, pero lo haría, cada día a partir de aquel.

Soñemos.

domingo, 8 de marzo de 2015

Juegos

Cuántas veces escuchamos eso de lo importante es participar. Yo muchas, los padres o los profesores te lo decían cuando jugabas a cualquier cosa y no ganabas. Ahora, vivimos en una sociedad tan competitiva que solo vale ganar y te fomentan la victoria y ser el mejor. Dichosa competitividad.
Cuando dejas de ser niño la cosa cambia, y los juegos también. La idea es la misma, jugamos por diversión, para qué sino. Pero las cosas son diferentes, hay que conocer las normas del juego, saber quienes juegan o quieren jugar, el premio y las consecuencias, ya no de ganar o de perder, sino de jugar. A veces te encuentras el juego iniciado y entras de refilón, otras veces participas por casualidad. Muchas veces ni siquiera quieres jugar pero te gustan los compañeros de juego, incluso dices que tú no juegas, cuando en realidad has propuesto el juego. Hay muchas razones y todas válidas.
Los niños cuando no les gusta el juego o como se va desarrollando, se van porque dicen que se aburren, o cambian el funcionamiento. De adultos no deberíamos hacer eso, pero lo hacemos, porque en el fondo somos niños grandes jugando a un juego  al que realmente no sabemos jugar, aunque pensemos que sí, ni lo que nos deparará. Cuando somos adultos perdemos la inocencia de un niño, pero seguimos siendo personas y debemos tratarnos con el respeto que merecemos. Los niños, lo hacen porque les sale natural, son niños.

Hay juegos que una vez probados no merecen la pena y es mejor no repetir. Se termina el juego y a otra cosa. Todos tenemos la capacidad de decidir, de seguir jugando o abandonar el juego, de cambiar a otro o incluso, de no volver a jugar pero hay formas y formas de hacerlo, siempre mejor con elegancia y discreción. 

viernes, 6 de marzo de 2015

Para toda la vida, de Marcela Morelo



Entre el sol y la luna esta tu corazon 
cariño mio 
Volando, volando en el cielo dibujas tu nombre 
tu nombre y el mio 
Todo parece un sueño cuando estoy contigo 
cariño mio 
Me haces tomar conciencia que amo y vivo 
Amo y vivo 
Este es un amor eterno, 
este es un amor sagrado 

Para toda la vida 
te quiero 
Para toda la vida 
Para toda la vida 
te quiero 
Para toda la vida 

Un arcoiris radiante aparece de pronto 
cariño mio 
Para pintar con colores tu nombre y el mi nombre 
tu nombre y el mio 

Este es un amor eterno 
Este es un amor sagrado 

Para toda la vida 
te quiero 
Para toda la vida 
Para toda la vida 
te quiero 
Para toda la vida 

Entre el sol, y la luna esta tu corazon 
esta tu corazon

miércoles, 4 de marzo de 2015

París, sueño hecho realidad

Me esperabas a la salida del trabajo con una gran sonrisa y me pusiste una venda en los ojos. Me esperaba una sorpresa pero nunca habría imaginado cual. Después de unos minutos en coche, acabamos en el aeropuerto. Me destapaste la vista delante de la pantalla en la que aparecía el vuelo que íbamos a coger. Destino París. No sabía que decir, salvo sonreír como una tonta y llenarte de besos. Te habías ocupado de todo y nos escapábamos a la ciudad a la que soñábamos con ir.
Tu sonrisa empezó a desaparecer cuando el vuelo se retrasaba dos horas, a mí no me importó, iríamos igual. Llegamos a París muy entrada la noche y llovía a mares, nos dirigimos a coger un taxi, pero no había, algo acertamos a entender de una huelga. Te comenzaste a desesperar intentando convencer a algún taxista de que nos llevase al centro. Yo, por el contrario solo era capaz de pensar que ya estábamos en París, nuestro sueño hecho realidad. Un español afincado en París que llegaba al aeropuerto se ofreció a acercarnos al hotel al escucharnos hablar. Ya en él, hotel, me impresionó su fachada antigua, sus techos altos,… era un lugar realmente bonito. Si algo logré entender con mi francés mas básico era que no teníamos habitación disponible. Eso era el colmo dijiste. Tu enfado crecía por momentos, el mío no. La recepcionista nos ofrecía una habitación pero ya para el mediodía. Te negaste, sin embargo yo acepté. No lo entendías, querías nuestra habitación, nuestro viaje perfecto, ese que tanto te habías esforzado en preparar, pero la perfección no existe, sí los momentos perfectos, y de esos tú y yo, tenemos muchos.
Te cogí de la mano y te arrastré corriendo a la calle. Ya pronto amanecería, compramos cruasanes y café y nos fuimos junto a la Torre Eiffel. Nada mejor y mas bonito que desayunar viendo amanecer en París, tú y yo. ¿El viaje? Perfecto, como cada instante que pasamos juntos.

Soñemos

domingo, 1 de marzo de 2015

Enamorándome

Es así como logro escapar de un día gris, pensando en ti. Cuando estoy triste pienso en ti y se me pasa. O mejor aún, hablo contigo. Ese don que tienes de hacer que todo vaya bien, de hacerme reír, de cuidarme, de protegerme, cuando antes yo lo hacia sola, y ahora necesito que lo hagas tú, me has hecho necesitarte, depender de ti a cada momento. Querer saber qué estas haciendo, querer conocer tu vida, saber de ti. A veces con miedo, lo reconozco, por si la respuesta me aleja de tu vida. Estar contigo me pone nerviosa y me da tranquilidad al mismo tiempo, tienes ese don. Porque no sé explicar esto que siento que es tan intenso, esto que duele a la vez que me hace sentir la persona mas feliz del universo. 
Me haces saber que estás ahí de mil formas diferentes pero todas la misma, tú. Ya estás en mi mente antes de abrir los ojos, ocupas mi primer pensamiento y ya no sales de mi mente en todo el día y eres el dueño de mi insomnio. Porque miro el reloj para ver cuánto falta para saber de ti, porque si no me hablas pierdo la sonrisa y la recupero en cuanto dices hola. Porque tienes la magia de hacerme sentir única, porque ya no sé vivir lejos de ti. 
Me has enseñado a conocerme mejor, a saber qué es lo quiero, y ahora lo sé, es a ti. Porque te quiero a ti, tú que resultas ser perfecto para mí, que me conoces, me escuchas, que sabes como soy sin conocerme. Que sabes lo que decirme antes de que yo diga nada. Tú, que tienes esa capacidad de sorprenderme cada día. Tú que has llegado a mi vida y la has puesto patas arriba por completo, tú que me das los buenos días y las buenas noches. Tú que me acompañas a cada instante con un detalle. Te quiero en mi vida, te quiero a ti, ahora lo sé. Eres mi amigo y yo quiero mas, lo sé y esperaré a que tú también lo sepas.
Qué tan dificil es escribir esto que siento, cuando hablar contigo me resulta tan facil y sin embargo tan complicado contarte lo que siento porque siento miedo a perderte si te hablo. 

Los sueños se hacen realidad, así que seguiré soñando hasta que seas real.