Es
un misterio que no logro resolver, y acepto sugerencias. Os explico: hace un
tiempo compré una cafetera de “tres cafés”, es pequeña, cierto, pero los cafés
que toma el creador-fabricador de la cafetera deben de ser de juguete, porque
sus tres cafés son para mí un café normal (y no soy vasca). No importa, asumí
que esa cafetera la usaría cuando estuviese sola. Pero resulta que es justo
cuando no puedo hacer uso de ella. ¿Por
qué? Muy sencillo, porque no puedo quitarle el filtro. Soy la única persona de
la tierra que no puede, la UNICA. Da
igual quien pruebe, todos los consiguen, desde mi hermana, mis padres, mis
amigos, el desconocido vecino de puerta, que sigue siendo desconocido y casi
mudo, aun después de abrirme la cafetera (sí, necesito cafeína y sin cafeína
soy una mujer desesperada que busca soluciones desesperadas. Aunque picar en la
puerta del vecino con la cafetera en la mano no parecía tan desesperado hasta
que vi su cara de asombro, creo que hubiera flipado bastante menos si le
hubiese pedido un litro de aceite de oliva virgen extra de la mejor marca. Supongo
que sacarlo de la cama a las siete y media de la mañana no ayudó mucho a que su
cara fuese de super-mega-guay vecino). Da igual, necesitaba poner mi cafetera
al fuego y era mi recurso del día.
Por
más que lo intento no consigo despegar el filtro de la superficie metálica de
la base de la cafetera donde tengo que echar el agua. Lo he probado todo,
abrirla estando aún caliente, en frío, echándole aceite, echarle el agua a través
de los agujeritos del filtro pero no se llena nunca, golpeándola boca abajo, forzando
el borde con un cuchillo,… no hay forma. No puedo. Pero cualquier otra persona
puede sacarlo sin esfuerzo alguno. Miro, observo y… no aprendo. No soy capaz. Todos
se ríen de mí, vosotros, quienes leáis esto también podéis reíros a gusto, pero
por favor, darme una solución y de paso una explicación que no sea que la cafetera
me tiene manía. Y sí, sé que podría comprar otra, no son tan caras, pero esa no
es una solución que acepto. No permitiré que una cafetera de tres cafés-minis pueda conmigo. Solicito ayuda.
Sonríe, que sonreír es gratis y
muy sano. Feliz día, feliz semana.