domingo, 6 de septiembre de 2015

Por tantos cafés perdidos



Me diste las gracias por una tontería, aun recuerdo el día, yo te dije que no se merecían. Así fue el comienzo. Algo sin importancia.
Siguieron conversaciones breves, cordiales, apareció la confianza, y se instalaron las conversaciones largas, las preguntas con doble sentido, las proposiciones falsas, las promesas, demasiadas, que nunca se cumplieron, y un juego que nadie ganó, porque al final tuvo que ser eso, un juego. Ni siquiera había un premio, por tanto no sé a qué jugábamos.

La vida está llena de experiencia, es eso en realidad, la puñetera experiencia que para enseñarte te hace vivir con la practica en lugar de con teoría. No importa, de un modo u otro, se empeña en enseñarnos y nosotros nos resistimos a aprender. Aunque pienso que en el fondo lo consigue, a largo plazo. Dejamos pasar el tiempo y entonces lo vemos. Ya nos da igual aquello que en su momento tanto nos importaba. Todo es cuestión de tiempo y de experiencia, también.
Palabras que aun escritas se ha llevado el tiempo, no el viento. Sin embargo, hay algo que queda, que no se borrará ni dando a la tecla de SUPR de la vida, las imágenes, las fotos que compartimos, porque las imágenes, perduraran.

Por tantos cafés perdidos, hoy, invito yo si es que hoy es el día 

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